La flor de la vida simboliza la interconexión entre todos los seres vivos, como pétalos que se entrelazan en un ramo de flores sin cortar. “El símbolo de La Flor de la Vida es considerado sagrado entre diversas culturas alrededor del mundo, tanto antiguas como modernas [...] tiene la habilidad de demostrar como todas las cosas provienen de una fuente y están íntima y permanentemente tejidas entre sí.”
Irene tuvo la idea de dibujarlo durante su visita en verano. Este otoño, mi vecina Susana se ofreció para darle color. Para ello, uso la técnica artesanal y ancestral del temple con huevo de sus propias gallinas! “La yema de huevo es una emulsión natural que, mezclada con los pigmentos y el agua, permite un tipo de pintura de rápido secado y con un aspecto cromático único […]. Hasta el s. XV, el temple de huevo era el método habitual de la pintura de tabla europea”.
Luego, empezó a ponerse de moda la nueva técnica del óleo. “Esa transición hacia el óleo lleva a una [gran] variedad de temples […] El apogeo de esa técnica “ha sido absoluto hasta que en los años 50 del s. XX irrumpió una nueva familia de temples, los polímeros.”
Aquí está la flor, aportando un toque estético, natural y espiritual al lugar de encuentro.